1. Valor Nutritivo: Cultivados en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los
alimentos orgánicos son de mejor calidad gracias a alto contenido en vitaminas,
minerales, hidratos de carbono y proteínas, por lo que son capaces de
satisfacer el equilibrio de sus constituyentes.
2. El sabor de los alimentos orgánicos: Las plantas crecen sanas y se desarrollan de mejor forma, con su auténtico
aroma, color y sabor, lo cual permite redescubrir el verdadero gusto de los
alimentos originariamente no procesados.
3. Garantía de Salud: Los estudios toxicológicos reconocen la relación existente entre los
pesticidas y ciertas patologías, como el cáncer, las alergias, el asma, etc.
Agua Pura: La práctica de la
agricultura orgánica, que no utiliza productos peligrosos ni grandes cantidades
de nitrógeno, que contaminan y lesionan el agua potable, es una garantía
permanente de obtención de agua en el futuro.
4. Suelo Fértil: El suelo es la base de toda la cadena alimentaria y la principal
preocupación de la Agricultura Orgánica. Cualquier práctica de laboreo del
suelo debe buscar la conservación de la fertilidad del mismo e, inclusive,
mejorar su condición.
5. Biodiversidad: La disminución de la diversidad biológica es uno de los principales
problemas ambientales de la actualidad. La agricultura orgánica preserva las
semillas para el futuro, impidiendo, de este modo, la desaparición de algunas
variedades de gran valor nutritivo y cultural.
6. Comunidades rurales: La agricultura orgánica permite la revitalización de la población rural y
restituye a los agricultores la dignidad y el respeto de los que son
merecedores por parte de la población en general por su papel de guardianes del
paisaje y de los ecosistemas agrícolas.